Magdalena Abakanowicz

Publicado por Mica en

Magdalena Abakanowicz

Magdalena Abakanowicz fue una destacada artista polaca nacida el 20 de junio de 1930 en Falenty, cerca de Varsovia. Es reconocida a nivel internacional por su contribución al arte contemporáneo, especialmente en el ámbito de la escultura y la instalación. 

foto de Magdalena Abakanowicz de joven con pelo corto

Abakanowicz vivió una infancia marcada por los eventos turbulentos de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi en Polonia. Esta experiencia dejó una profunda huella en su vida y en su obra artística, ya que la violencia y el sufrimiento humano se convirtieron en temas recurrentes en su trabajo.

En 1950, Abakanowicz ingresó en la Academia de Bellas Artes de Varsovia, donde estudió escultura. Durante sus años de formación, Polonia estaba bajo el régimen comunista y el realismo socialista era el estilo artístico oficial. Sin embargo, Abakanowicz se resistió a adoptar este enfoque y se interesó por explorar nuevas formas de expresión.

En la década de 1960, Abakanowicz comenzó a ganar reconocimiento por su serie «Abakans», en la que creó grandes estructuras tejidas con fibra de yute. Estas piezas innovadoras y audaces desafiaron las convenciones artísticas y le valieron elogios tanto en Polonia como en el extranjero.

El término «abakan» se deriva del nombre de una tribu nómada de Siberia, conocida por su habilidad en la creación de textiles. Abakanowicz eligió este nombre para su serie de obras para hacer referencia a la conexión entre el ser humano y su entorno natural.

Las esculturas de «Abakans» están hechas de cuerdas tejidas y materiales textiles, y a menudo presentan una apariencia voluminosa y enmarañada. Estas obras evocan una sensación de movimiento y vida, al mismo tiempo que sugieren una fragilidad y vulnerabilidad inherente.

A través de «Abakans», la artista exploró temas como la identidad individual y colectiva, la relación entre el hombre y la naturaleza, y la condición humana en un mundo industrializado. Con estas obras desafió las nociones tradicionales de la escultura y sus materiales utilizando textiles para crear formas escultóricas imponentes.

A lo largo de su carrera, Abakanowicz experimentó con una amplia gama de materiales y técnicas, y creó obras en diversos formatos, desde instalaciones hasta esculturas monumentales. Sus piezas a menudo representaban figuras humanas estilizadas y sin rostro, evocando la idea de la desindividualización y la alienación en la sociedad moderna.

En relación a esto último, uno de sus trabajos más conocidos es «Hurma», una serie de esculturas de tamaño humano realizadas en resina y arpillera. Estas figuras de adultos y niños sin rostro y despojadas de características individuales se agrupan en formaciones densas y evocadoras, invitando a la reflexión sobre la condición humana y la relación entre el individuo y la masa.

La escultura «Hurma» representa una figura humana sin cabeza ni extremidades. La figura está envuelta en una especie de caparazón rugoso y texturizado que sugiere una especie de armadura o exoesqueleto. La ausencia de cabeza y extremidades imparte un sentido de anonimato y universalidad a la figura, permitiendo al espectador proyectar sus propias experiencias y emociones en ella.

La obra aborda temas como la vulnerabilidad, la opresión y la alienación. La figura sin cabeza (y algunas sin extremidades) puede interpretarse como una metáfora de la falta de voz y poder de las personas en situaciones de opresión o injusticia. La textura rugosa y el aspecto desgastado de la escultura también pueden evocar la idea del paso del tiempo y las cicatrices emocionales y físicas que llevamos como seres humanos.

Años antes de «Hurma» la artista realizó también una serie de esculturas llamada «Crowds» que se compone de figuras humanas estilizadas y sin rostro, que se agrupan en formaciones densas y masivas, evocando la idea de multitudes o congregaciones humanas.

Estas esculturas transmiten una sensación de multiplicidad y presencia abrumadora, explorando la desindividualización y la pérdida de identidad en las multitudes. Las figuras de «Crowds» fusionan y se funden entre sí, creando una imagen poderosa de la interdependencia humana.

Aunque ambas series pueden resultarnos parecidas, «Crowds» se centra en la multiplicidad y la desindividualización en las multitudes, mientras que «Hurma» destaca la vulnerabilidad y la opresión a través de la representación de figuras humanas desprovistas de rasgos identificables. Ambas series abordan temas relacionados con la experiencia colectiva y la condición humana, pero con diferentes enfoques estilísticos y conceptuales.

A lo largo de su carrera, Abakanowicz recibió numerosos premios y reconocimientos por su contribución al arte contemporáneo. En 1999, se convirtió en la primera mujer polaca en exhibir una obra individual en la Bienal de Venecia. Sus obras se encuentran en importantes museos y colecciones de todo el mundo, y su legado continúa inspirando a generaciones de artistas.

Magdalena Abakanowicz falleció el 20 de abril de 2017 en Varsovia, dejando un legado artístico significativo y una profunda influencia en la escena artística internacional. Su trabajo desafió las convenciones establecidas, explorando temas universales y conectando con el espectador a través de su poderosa expresión visual.

"El arte seguirá siendo la actividad más asombrosa de la humanidad, nacida de la lucha entre la sabiduría y la locura, entre el sueño y la realidad en nuestra mente. Cada descubrimiento científico abre puertas tras las cuales encontramos nuevas puertas cerradas. El arte no resuelve problemas pero nos hace conscientes de nuestra existencia. El arte prepara nuestros ojos para ver y nuestro cerebro para imaginar."

Magdalena Abakanowicz


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