Allí, en 1932, trabajo como diseñadora publicitaria donde se sumo al grupo surrealista Logicofobista. Este grupo tenía como uno de sus objetivos representar los diferentes estados mentales internos del alma, utilizando distintas formas que sugerían aquellos estados.
Durante la guerra civil española conoció al poeta surrealista Benjamin Péret, quien fue nombrado en las crónicas de la artista como «su gran amor». Por esto, en 1937, rompió su relación con Gerardo Lizarraga y cinco años después viajo a París junto con Benjamin Péret.
Con la llegada de los nazis, Remedios fue detenida por ser la compañera de Péret pero en 1941 lograron exiliarse en México donde pudieron naturalizarse. Allí, Remedios trabajó con otros artistas.